TEJIENDO HISTORIA
El largo camino de su historia aún permanece entre sus colores, sus tradiciones y la forma en cómo la moda les ha servido de herramienta para conceptualizar todo su legado.
“LA REPRESENTACIÓN QUE NO CONTABA MI HISTORIA”
Historia de Sher Herrera
“Eres salvaje, me decían, me comparaban con una tigresa y en ningún momento yo me sentía así, no era algo que me representara” menciona Sher Herrera, magíster en estudios afrocolombianos, quien comparte su experiencia personal dentro de concursos de belleza y muestras culturales donde su imagen afro fue utilizada como un recurso de atracción y movilización de “diversidad” del territorio en este tipo de eventos.
Las anécdotas que abordan la mente de Herrera son varias al escuchar la palabra “representación” porque para ella, la definición de ese término se ha dispersado con el paso del tiempo y ha perdido sentido al notar que no es algo que la acompaña dentro de la industria de la moda como integrante, modelo y crítica del mismo medio.
Desde su temprana carrera en el modelaje esta joven modelo fue reconociendo las distintas estrategias que la industria de la moda maneja para incursionar los nuevos temas de inclusión y diversidad que exige el público, pero que, en una balanza real, no cuentan con el fundamento ni la concepción real de lo que es involucrar y hacer partícipe a una de las comunidades que cuentan con una historia y cultura importante en Colombia.
Según Sher Herrera, no solo es uno o dos los escenarios en los que este tipo de representación se ve involucrada, sino en una gran cantidad de eventos que promuevan directamente a Colombia como un centro de diversidad y entretenimiento, como han sido los casos de diseñadores de modas como Silvia Sherassi, marca que involucra toda su línea de diseño en la extravagancia del Caribe y el llamado Caribbean Chic.
Desde su temprana carrera en el modelaje esta joven modelo fue reconociendo las distintas estrategias que la industria de la moda maneja para incursionar los nuevos temas de inclusión y diversidad que exige el público, pero que, en una balanza real, no cuentan con el fundamento ni la concepción real de lo que es involucrar y hacer partícipe a una de las comunidades que cuentan con una historia y cultura importante en Colombia.
Según Sher Herrera, no solo es uno o dos los escenarios en los que este tipo de representación se ve involucrada, sino en una gran cantidad de eventos que promuevan directamente a Colombia como un centro de diversidad y entretenimiento, como han sido los casos de diseñadores de modas como Silvia Sherassi, marca que involucra toda su línea de diseño en la extravagancia del Caribe y el llamado Caribbean Chic.
Aunque Colombia cuenta con grandes representantes de moda, a nivel internacional y nacional, que inspiran sus colecciones y visiones de diseño en tendencias como el Caribbean Chic, estas casas de moda desconocen la profundidad de este término y las implicaciones sociales, políticas y culturales en las que se ven involucrados las imágenes, símbolos y técnicas artesanales que son empleadas en sus productos, así como la importancia de una comunicación y participación directa de la comunidad afro en estos procesos de creación, producción e investigación creativa.
Esta simplicidad en la que se destacan las marcas de moda en pasar por alto es un claro ejemplo de cómo la industria recae una y otra vez en el error de ignorar el poder del arte y la representación digna para estas comunidades. Así como lo comenta y explica Sher Herrera la comunidad afro no cuenta con las condiciones sociales y económicas dignas que les permita entender la importancia y valor de su propia cultura.
“Si yo tengo la necesidad de dinero, voy a permitir que abusen de mi imagen y cultura con tal de comer”, enfatiza Herrera, al discutir sobre el por qué los miembros de la comunidad se prestan para estos espacios de entretenimiento en eventos comerciales.
Alrededor de 4,43 millones de personas que se reconocen como negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, según datos del censo del DANE de 2018, el 53,5% trabaja como independiente, donde el 66,8% de la comunidad afro realizan trabajo informal, cifras que desencadenan que las distintas casas de moda aprovechen y ejerzan poder sobre este tipo de necesidades con las que cuenta la comunidad. Así como la falta de garantías para el acceso a la educación primaria y superior, donde solo el 31,3% de la comunidad ha culminado sus estudios de primaria y el 19,2% logró terminar los estudios de secundaria.
La comunidad afro debe enfrentar distintas falencias a nivel social, económico, política y cultural que hoy compromete el valor de su propia cultura, que ya sea por desconocimiento o necesidad, como lo aclara Herrera, no pueden seguir siendo razones por las que las marcas y grandes casas de moda, representantes del país, tomen como excusa para “ayudar” y convencer a los miembros de la comunidad en que invertir, compartir y participar en estos eventos promueve y respeta su cultura afro.
“No estamos para hacer brillar al blanco que utiliza nuestra historia, nuestra lucha” termina siendo una de las muchas reflexiones que empieza a enumerar Sher al recordar los comentarios e insinuaciones que le hicieron cuando participó en este tipo de eventos, porque más allá de verse bonita y “salvaje” para los jueces, ella entendió el sentido real de su voz e individuo dentro y fuera de su comunidad, la importancia de hacerse partícipe de los espacios de reflexión y análisis del comportamiento de la comunidad afro y como, desde su propia visión, sembrar una idea diferente y empoderada de lo que es ser y vivir como afro en la industria de moda en Colombia.
¿Qué es el Caribbean Chic?
Caribbean Chic
Una tendencia que reúne la tradicionalidad y cultura de las comunidades en la producción de una narrativa que desvincula la verdad afro y solo pretende usar su imagen como referente de "diversidad".